lunes, 22 de junio de 2009

BY EDWARD: CAPITULO VIII: MI TORPE BELLA

No había nada que hacer, Jacob se iba a transformar en un lugar donde todos pudiesen descubrir lo que éramos y Bella estaría en peligro, tenía que irme de allí de cualquier manera. Bella todavía estaba detrás de mí, mientras la tomaba por la cintura sin quitarle los ojos de encima a Jacob.
- Quédate quieta – le susurré a Bella mientras ella cinchaba por intentar interponerse otra vez entre Jacob y yo, no aprendía más, la primera vez de sufrimiento no le alcanzó, quería volver a ponerse en el medio de nosotros, pero esta vez no lo iba a permitir, no iba a dejar que nada ni nadie dañara a mi Bella.
- Pero Edward, Jake… - la tomé en mis brazos y comencé a correr, me miró confusa.
- ¿Qué haces? No podemos dejar a Jake así, nos seguirá…OH dios santo, me voy a marear, estoy segura, me voy a marear – dijo Bella llena de pánico al darse cuenta de la velocidad en la que la llevaba. Quería saber que pensaba, pero en esta ocasión podría asegurar que estaba desando no vomitar.
- Calma Bella, todo irá bien – intenté tranquilizarla, pero ella seguía allí llena de pánico, tenía ganas de parar, abrazarla, mecerla y cantarle una canción para calmarla, pero Jacob nos perseguía y solo pensaba en como matarme para quedarse con Bella, podría jurar que lo mataría, pero sabía que Bella sería infeliz y no soportaría lastimarla de alguna manera, aunque ella de seguro iba a buscar la forma de hacerlo por sus propios medios.
Seguí corriendo, en un minuto estuve en casa, Jacob estaba mucho más atrás, entré a la habitación demasiado alborotado, mientras Carlise, Esme, y mis hermanos me miraban impacientes, Alice de seguro pudo saber lo que yo había decidido, no podía saber lo que Jacob había decidido, no podía sentirlos; Alice corrió hacia mi y tomó a Bella en sus brazos, que parecía enferma y preocupada demás.
La dejó en el sillón, mientras Esme ya tenía un vaso de agua en sus manos para dárselo a Bella.
- Jasper, Emmet vengan conmigo, tenemos que parar a Jacob – dije un poco furioso ahora que ya no tenía más a Bella en mis brazos y sabía que estaba cien por ciento protegida.
- No le hagan daño por favor – susurró Bella aún indefensa por el viaje, asentí seguro y salimos ágilmente hacia fuera.
La cosa era mucho peor de lo que todos creían, al salir no solo estaba Jacob sino su manada también. Los ojos de Emmet y de Jasper se pusieron inquietos, no esperaban eso, yo si, los pude escuchar discutir sobre como ponerse en la casa para atacar. Dos segundos más tarde tenía a mis costados a Rose, Alice, Carlise y Esme.
Se escuchó un rugido, mientras Sam pensaba “Devuélvanos a la chica y todo quedará en paz”, Todos estaban convertidos en licántropos, solo yo podía saber lo que decían gracias a la virtud de leer sus mentes.
- Ni lo sueñes – grité ronco, todos me miraron ansiosos y confusos.
- ¿Qué dijeron Edward? – preguntó Carlise tranquilamente.
- Quieren que les de a Bella – mi voz sonaba aún más ronca, estaba furioso, esto había llegado muy lejos y no iba a dejar a Bella irse con ellos de ninguna manera.
- Por favor, seamos coherentes, tengamos una charla civilizada… - otro gruñido aún más desgarrador proveniente evidentemente de Jacob, interrumpió el intento de tranquilizar el momento de Carlise. “¿Civilizado? No puedo hablar así con unos chupasangre, ya denos a Bella” – aquello me hizo enfurecer aún más, estaba seguro que no iba a poder hacer lo que Bella me pidió, Jacob acabaría en mis manos.
- Quiere que le demos a Bella si o si – acorté las palabras, sabía que a ninguno le gustaría escuchar “chupasangre” en boca de chuchos. Eso armaría una pelea inminente.
- Antes sobre nuestros cadáveres manga de chuchos – dijo Emmet entre irónico y enojado, para él esto era una buena pelea a la que ganar. Él y sus ganas de aventura no paraban.
- BASTA – escuché una voz que no tenía nada que ver con ninguna de las que escuchaba en la confrontación. ¿Podía ser posible? ¿Bella podía ser tan cabeza dura de seguir metiéndose en líos de esta manera? Me dí vuelta para descubrir que mis miedos eran reales, allí estaba Bella pálida como siempre, pero sin estar enferma ahora. Furiosa, llena de melancolía.
- ¿Qué se creen? ¿Qué soy un maldito paquete?
- Bella, entra. No estamos para juegos – dije intentando que se retractara y volviese a la casa, aunque estaba seguro que no lo haría.
- NO – ¡Bingo! – no me iré a ninguna parte, dejen de hacer estas cosas, son ridículos – dijo aún más furiosa, aquello me volvía de los pelos, pero a la vez me gustaba; era hermosa cuando estaba enojada, era hermosa siempre.
- Vete Bella, es mejor que lo hagas – susurró tiernamente Esme. Ella se volvió hacia atrás y dió media vuelta, aquello había dado resultado, me sentí un poco tonto de que le hiciese caso a Esme y no a mi, pero sabía el tacto de madre que Esme podía tener.
Volví mis ojos hacia Jacob que había pensado algo que me había echo enfurecer hasta explotar, “no te hace caso chupasangre, me parece que no sabes manejarla, yo estoy seguro que lo haré mejor que tú”.
Le tiré una mirada asesina, pero en aquel instante sentí un ruido fugaz de un auto, mi auto. Voltee aterrado, no quería ni pensar que era lo que yo estaba temiendo. Todos miramos hacia donde provenía el ruido, Bella se había subido a mi auto y estaba manejando a mil por hora; eso me asustaba, Bella odiaba aquella rapidez, temía que chocara, era demasiado torpe para poder salir ilesa de aquella aventura.

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