Camino a casa no pude dejar de pensar en la charla con Alice; Kevin era un humano, a pesar de eso la noté nerviosa por demás y no me quiso ni mencioar cual era la razón; tenía la sensación de que algo me estaba escondiendo, pero se fué tan rápido que no me dió espacio para cuestionarle nada.
El monovolumen se encontraba cálido, Kevin se notaba calmo, cómodo y tranquilo escuchando un poco de música.
- Me encanta la música clásica, es algo maravillosamente profundo y tranquilo – dijo emocionado mientras escuchaba un poco de Chopin en la radio. Asentí un poco más tranquila y confiada - ¿Te encuentras bien Bella? Después de que hablaste con Alice te noté rara, se que no te conozco, pero noté eso.
- Si, si estoy bien. Gracias – dije sin quitar la vista de la carretera.
Al llegar a casa, lo invité a sentarse en la mesa de la cocina, mientras servía dos tasas de café y subía por los cuadernos.
- Que bonita casa tienes Bella, es muy acogedora – dijo mientras miraba todo el alrededor. En ese instante tocaron el timbre, tuve un poco de temor de que fuese Edward. Al llegar era hasta peor.
- Jacob, ¿qué haces aquí? - pregunté un poco asustada y sorprendida de su presencia, estaba viendolo demasiado y él estaba siendo muy insistente. ¿También sabría algo como Alice?
- Vine a verte Bella – miré hacia atrás nerviosa, no quería tener otro problema, Jacob era sumamente importante para mi; aunque últimamente estaba un poco abrumador, de todas formas yo lo quería, y sabía lo problemático que sería si viese a Kevin allí. Me miró confuso y sospechoso -¿interrumpo algo? – preguntó un poco serio.
- En realidad…
-…Bella, ¿todo está bien? – preguntó Kevin desde la cocina. La cara de Jacob se transformó, no era la voz que acostumbraba a oír.
- ¿Quién es Bella? Ese no es Edward.
- Eh…no, es – balbuceé – Kevin, mi nuevo compañero de clase, estaba poniéndolo al día con la clase. – frunció el ceño y se metió en la casa para mirar hacia la cocina.
- Jake… - dije sin llamar su atención.
- Hola – dijo serio. Kevin se levantó de un golpe y se acercó hacia él, estiró la mano para saludarlo; Jacob ni se movió.
- Hola – repitió Kevin bajando la mano confuso – debes de ser Edward ¿no?
- No, soy Jacob el mejor amigo de Bella – dijo aún más serio. Me acerqué a Jake, lo tomé de la cintura y lo volví hacia la puerta, no hizo mucho esfuerzo aunque sabía de lo que era capas.
- Por favor Jake, es solo un compañero de clase, es humano, no te comportes como un idiota otra vez – dije intentando ser lo más seria y amenazante posible – bastante voy a tener con Edward cuando vuelva - Frunció el ceño y se fue callado. Volví hacia la cocina y me senté en la mesa frente a Kevin.
- ¿Celoso tu amigo? - dijo mientras reía entre dientes.
- Un poco, discúlpalo, tiene esos ataques, pero no te preocupes se le va a pasar y sino, no importa – le expliqué en que consistía cada clase y le dí mis cuadernos para que pudiese pasarlos, nos mantuvimos un largo rato charlando sobre diferentes cosas, entre política, literatura, historia; era agradable charlar con aquel chico, podía ser un buen amigo.
- Bella, este viernes pienso hacer una fiesta en casa por mi llegada, en realidad mis padres lo pretenden, me gustaría que fueras, si quieres claro.
- Oh. Voy a preguntarle a Charlie – la verdadera razón era Edward, pero me sentía un poco tonta de decirle el porqué – y luego te digo, ¿te parece?
- Claro Bella, de verdad me gustaría que vinieses, me caes muy bien, nos divertiremos – lo dijo como si fuésemos solo nosotros a aquella fiesta, temblé un poco con la idea; no quería otro pretendiente en mi vida, solo le quería a Edward.
Lo de mi olor debería de funcionar para todos, solo en Forks claro, de donde vengo nunca fui capas de llamar la atención a nadie, lo que me daba tranquilidad.
Kevin se fue y cociné algo para Charlie, luego me fui a mi cuarto a intentar descansar. Al entrar Edward estaba allí sentado en mi cama con una cara que no me esperaba, estaba enojado.
Lo miré con una gran sonrisa, pero él no me la devolvió.
- ¿Qué pasa Edward?
- ¿Por qué el chico nuevo estuvo tanto tiempo en esta casa? – preguntó sumamente serio, aquello me hizo recordar a Jacob y a lo que le había dicho; claro que con Edward me bastaba y me sobraba.
- Vino a ponerse al día con las clases. - contesté inocentemente.
- No me gusta nada ese chico – en ese instante recordé lo que Alice me había dicho, de seguro había hablado con ella o algún pensamiento de Kevin que pudo llegar a oír lo hizo enfurecer.
- ¿Por qué? – pregunté seria y enojada de todos modos.
- Le gustas Bella, como a todos los demás, es un humano tonto – dijo irónico y burlón hacia aquello último, me enfurecí aún más al escuchar la forma en que lo dijo.
- Yo también soy humana Edward, recuérdalo – su rostro cambió inevitablemente hacia un tono de melancolía.
- Disculpa Bella, no quise decir eso.
- Te pasas de sobre protector Edward, entiendo que quieras cuidarme, pero estás exagerando, llegas al punto de fastidiarme.
- De verdad lo siento Bella. ¿Irás a su fiesta? – lo fulminé con la mirada, había escuchado cada palabra que hablamos, eso me enfurecía aún más.
- Si, claro que iré, ¿por qué no iría? – claro que mi primer pensamiento cuando Kevin me lo preguntó, fue un No, pero luego de esto tenía que mantener mi autosuficiencia como la mujer madura que era.
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