Al terminar la clase me dirigí hacia mi monovolumen lista para marchar a casa para esperar un día triste sin Edward.
- Hola – dijo una vos ronca y fuerte, pero dulce cuando estaba por entrar a mi auto. Al darme vuelta tenía a Kevin enfrente de mi - ¿Bella verdad? – sonreí ante la idea de no tener que corregirle mi nombre como a todos los demás. Asentí curiosa.
- Soy Kevin Carper, aunque ya lo debes de saber, aquí los chicos nuevos son como lucecitas de colores para niños; Jessica me dijo que entraste hace poco así que lo debés de entender a la perfección. Por lo que veo tenemos clases juntos – a pesar de que habló demasiado para lo que yo estaba acostumbrada a soportar, era agradable.
- Si, Literatura por lo menos, ¿qué otras clases tienes? - me sorprendí mientras me descubría formulando una pregunta para alargar la conversación.
- Biología, Álgebra y Ciencias Sociales.
- Biología y Ciencias está dentro de las mías – sonrió tranquilamente, su sonrisa era dulce; no era tan hermosa como la de Edward, ni con tanta luz como la de Jacob, pero era digna de observar.
- Te dejo ir, no quiero abalanzarte con preguntas, se lo que se siente. Hasta mañana Bella – dijo dulcemente y se fue. Al mirar hacia el costado pude observar como Alice me miraba más preocupada que hoy, pensaba que había sido por Jacob pero claramente era por algo más. ¿Habrá visto algo sobre este chico nuevo?, ¿será humano?
Me subí a mi monovolumen, suspiré profundo al recordar a Edward, detestaba cuando no estaba a mi lado, lo extrañaba demasiado, me sentía como si me hubiesen partido a la mitad, claro que la mitad de mi corazón, mi alma y mi ser estaban con él todo el tiempo, y lo estaría hasta el fin de los tiempos.
Llegué y cociné una hamburguesa con un poco de arroz, la comí a los apuros y subí para poder escribirle un mail a René antes de que le diera un ataque de nervios; prendí la computadora y mientras esperaba que cargara me fui a dar un baño.
Tenía dos mails:
Cariño, espero que estés bien, que todo marche tranquilamente. Tu padre me contó que estaban bien con Edward. Cuídate mi vida. Te extraño.
El segundo no era tan dulce como el primero.
Bella, contesta mis mails. Dudo que no tengas cinco minutos para contestarle a tu pobre madre.
No tuve más remedio que responderle, aunque no tenía mucho para decirle.
Mamá, no te contesto porque no tengo nada que contarte. Si, estamos muy bien con Edward. Yo también te extraño.
Apagué la computadora y me dirigí a comer algo, Edward no iba a venir hasta dentro de un día más, no soportaba la idea de que mañana tampoco lo tuviese a mi lado. Esa noche dormía a pesar de todo tranquilamente alucinando con que si dormía más rápido, más rápido vería a mi vampiro angelical.
Al otro día, me encaminé a la clase de Ciencias Sociales, mi banco iba a estar vacío al igual que mi día sin Edward. Para mi sorpresa, al entrar al salón Kevin se sentaba en el lugar de Edward, eso me incomodó bastante. Me dirigí a mi asiento torpemente, tropezando con una mochila en el piso, pude observar cuando volví a mi posición que Kevin esbozaba una dulce sonrisa, eso me hizo sonrojar, la única persona que me conocía que todavía no sabía que era torpe, ahora ya estaba advertido de la amenaza que podía llegar a ser.
- Hola Bella – dijo Kevin un poco ansioso y alegre.
- Hola – miré hacia delante para prestar atención aunque la clase aún no había comenzado.
- Me sentaré junto a ti por el día de hoy, no te preocupes cuando vuelva Edward me iré a otro lugar, todavía no han traído un banco para mi.
- Esta bien, no pregunté nada de todas maneras.
- Lo se, pero Jessica me dijo que aquí se sentaba tu novio y no quería que tuvieses problemas.
- Jessica. Que raro que esté entrometiendose en mi vida – dije un poco enfadada. El sonrió pícaro.
- No te preocupes, prometo mantener el secreto – no pude contenerme y eché una sonrisita. Sentí como Jessica me miraba de reojo, no quería ni saber lo que estaba pensando. Aunque si estuviese Edward...
- ¿Quieres ir a tomar un café luego de clases, necesito un poco de orientación en las materias para ponerme al día? – aquella pregunta me sorprendió, lo miré un poco extrañada sin saber que responder.
- De acuerdo – fruncí el ceño confusa de mi respuesta.
La clase continuó tranquila, agradecí que no volviese a hablar conmigo, y que mantuviera la distancia. Al terminar la clase nos dirigimos hacia mi monovolumen para ir a casa; antes de poder subirme Alice me llamó a lo lejos para que me acercara. - Disculpa Kevin, ya vengo, sube a mi camioneta mientras tanto – abrí la puerta para que pudiese subir y fui hacia Alice.
- ¿Qué se supone que estás haciendo? - me preguntó mientras funcía el ceño incrédula.
- Yendo con mi compañero a ponerlo al día con las materias.
- Bella, por favor, ten cuidado - me advirtió dulcemente.
- ¿De qué hablas? ¿Has visto algo? ¿Kevin es humano verdad Alice? - su rostro no me estaba dando tranquilidad.
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