No podía creer lo que estaba viendo, aquellos dientes punzantes y tremendamente terrorificos a pesar de estar en la boca de una físicamente dulce y tierna niña, se estaban clavando lentamente en el cuello de Kevin.
Eso o lo mataría o lo convertiría en un vampiro, y claro, como no podía ser de otra manera, todo era mi culpa.
Alguien detuvo a Jane con un gran golpe en la espalda, y salió volando por los aires de una manera totalmente bestial.
Me asusté, no podía moverme, pero me arrastré hasta Kevin que ahora estaba solo, lo miré a los ojos, aquellos ojos ya no eran los mismos, Kevin estaba entrance, no gritaba, a penas podía respirar; debería ser parte del proceso de conversión. No sabía que hacer, tenía ganas de saltarle en el cuello y chupar el veneno, pero no sabía que consecuencias traería para él y si podía salvarlo verdaderamente.
Me largué a llorar de manera desmedida, a penas podía ver a mi alrededor por culpa de mis lágrimas, a penas podía escuchar lo que estaba pasando por mi aturdimiento, tenía miedo de desmayarme. Ya era moneda corriente eso en mi y no me sorprendería si pasase, aunque si me daría demasiada bronca porque solo sería otro problema más en todo este asunto.
- Bella, cariño. Ven, apartate - miré a Edward, quién estaba tranquilo, demasiado como para estar en el medio de una pelea - todo terminó. Ellos se fueron - ¿se fueron?, no entendía. ¿Se habían rendido? - pero van a volver, tenemos que irnos lo más pronto posible, tenemos que esconderte Bella. Solo se fueron para tapar un mejor ataque que este. Vamos.
- Pero Kevin, KEVIN... EDWARD. No quiero que se convierta, por favor, haz algo. Carlisle, Carlisle - mi voz sonaba cada vez más desesperada y solo podía gritar balbuceando.
- Ahi viene, ven Bella. Necesito llevarte, todo estará mejor - me tomó por debajo sin mi consentimiento y volví a estar en el aire a un millón de kilómetros por hora, ya no sabía a cuanto podría ir de rápido estos vampiros. Cerré los ojos, no quería volver a sentirme mal, esta vez era con Edward, el se ocuparía de mi para que no cayera.
Llegamos a mi casa, Charlie estaba trabajando aún, tomó algunas cosas necesarias y las tiró en un bolso rápidamente, y volvió a tomarme en brazos para ir a su casa.
- Edward, ¿qué es lo que pasara?, ¿cómo reaccionará Kevin con todo esto?, ¿se convertirá en un vampiro?
- No lo se cariño, Carlisle está con él, sabrá que hacer. Necesito que descances, te necesito enterita y bien mi amor, para poder llevar esto de una mejor manera. ¿Me lo prometes? - lo miré con la mejor cara de "Si", aunque por dentro yo sabía que algo no estaba bien, que algo había cambiado.
Me acosté, a pesar de mis no ganas de dormir y todos mis pensamientos, el cansancio pudo más y me dormí lo suficientemente rápido como para no recordarlo.
Al despertar, Edward estaba a mi lado.
- ¿Qué pasó con Kevin?
- Carlisle no pudo hacer nada cariño, el se esta convirtiendo.
- Oh, Dios santo - mis nervios se volvieron a poner a flor de piel, no podía creer lo que estaba pasando, ni yo era la misma, ni Kevin era el mismo. Solo tenía una cosa en claro: yo era un peligro para todo el mundo, se estaba yendo todo fuera de control y algo tenía que hacer para que todo acabase.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario