domingo, 11 de octubre de 2009

CAPITULO 32: NO A BELLA

Bella se estaba comportando de una forma demasiado simpática conmigo, ella no era así ni conmigo, ni con nadie; era claro que algo estaba pasando, no era tan tonto, aunque Bella se estuviera presentando en mi vida como algo más que importante "podía sentirlo", yo sabía que algo estaba pasando y que ella lo sabía todo. Pero a pesar de que lo supiese, no iba a dejarla sola en esto, le gustase o no.
- Kevin, ¿quieres ir a la playa esta noche? - preguntó Angela amablemente.
- Si, vamos a ir todos, es viernes tenemos que aprovechar - dijo Jessica, poco menos amable, pero demasiado seductora, esta chica no me estaba cayendo tan bien, estaba loca por tener a alguno a su lado y sentía que todos esos eran los que daban vueltas al rededor de Bella. Estaba seguro que quería ganarle en algo.
- Bella, ¿te parece que vaya? - pregunté de la nada, la cara de Jessica se transformó al instante, y todo los demás miraron extrañados. Ella me miró un poco dudosa.
- ¿Por qué me lo preguntas a mi?
- Porque eres mi mejor amiga y quería saber si tu ibas, no quería causar problemas.
- No, claro que no hay problema. Al contrario, sería genial que vayas.
- ¿Tú no vienes?
- dudó por un segundo, ella sabía que no le convenía decirme que no, aunque no pensaba ir hasta que supo mi respuesta.
- Claro que si - dijo y dibujó una sutil sonrisa casi forzada; sentí la mirada de Edward otra vez en mi nuca queriéndome matar en ese mismo instante. No le iba a tener ni un poco de miedo a ese vampiro, no importaba lo que pasase, no le tenía miedo.
- Genial. Entonces nos vemos esta noche, voy a ir por unas cosas a mi auto, ya vengo - dije y me levanté, tenía que leer lo que había imprimido en internet sobre el poder de los humanos. Edward, me miró preocupado y furioso; tuve la sensación por un segundo de que sabía lo que yo estaba pensando, pero me despisté de la idea y me fuí.
Me subí a mi auto, tomé la impresión y comecé a leerla con propiedad y un poco de ansiedad, hasta que alguien golpeó la ventana de mi auto.
Al mirar tenía frente de mi a Jacob, bajé la ventanilla.
- Hola - dije incrédulo.
- Kevin, no estoy seguro que vine a decirte, pero me parece que a repetirte lo que te dije el otro día a pesar de que nada sabías, "no cuentes esto a nadie, no es bueno para ninguno"
- Te lo prometo, no pienso decir algo, ni siquiera me importa, solo me interesa que Bella este bien.
- ¿Bella?
- dijo mientras me miraba confundido - ¿de qué hablas?
- Ella lo sabe todo, ¿no es cierto?, quiero cuidarla.
- Ese es mi trabajo
- dijo ahora furioso, me estaba perdiendo de algo.
- ¿Tu trabajo?, ¿acaso estás enamorado de Bella?, veo que lo de "chica interesante" no lo ví solo yo, está en la lista de unos cuantos - ironicé.
- No esta en una lista, yo la amo.
- Yo no se si la amo, pero vamos en camino, no quiero que peleemos por ella, tenemos que protegerla; ayúdame
- lo miré casi enternecido, quizás sería un buen apoyo, después de todo me caía bien y era solo un perrito bonito.
- Yo puedo hacerlo solo, no te preocupes.
- Jacob, no estamos aquí para pelear, lo importante es Bella no nuestras diferencias, soy un humano lo se, pero siento que algo hay en mi que puede ayudar en todo esto.

Su rostro se levantó en ese momento un tanto furioso y se fue hacia el bosque rápidamente, volví a subir la ventanilla para leer un poco más de lo que se trataba todo esto del poder.

"Algunos humanos pueden tener ciertos poderes sobrehumanos, estos se pueden reflejar tanto mentalmente como sentimentalmente. Algunos pueden llegar a mover ciertos elementos sin darse cuenta; aún no se ha descubierto ninguno que lo haya podido controlar por si mismo; pero se comprobó que si pueden hacerlo inconcientemente, muchas veces creyendo que son "fantasmas". Desde la parte sentimental, muchos pueden controlar ciertos sentimientos, ya sean propios o de otros...", la lectura interesante y que me proporcionaba algún tipo de información que realmente me ayudara terminaba ahí.
Volví a mis clases, Bella se comportó amable conmigo el resto del día, a pesar de que lo compartía entre Edward y yo; de seguro no quería quedar mal con él, pero no me podía perder de vista a mi.
La hora de la playa llegó, todos marchamos hacia lo de Mike quien nos llevaría hasta la playa en su súper camioneta, estaban todos, nos subimos y partimos hacia la playa, Bella estaba a mi lado en la ventanilla y del otro tenía a la pesada de Jessica, quién no se despegada de mi ni un solo segundo. De todas maneras, no estaba prestándole nade de atención, solo intentaba charlar tranquilamente con Bella y con el resto de la gente. Nos bajamos, cada uno tomó algo diferente para hacer nuestro mini campamento en la playa; entre troncos, comida chatarra, bebidas, frazadas, leña y alguna que otra cosa, marchamos hacia la arena. Armamos una hermosa fogata, nos acurrucamos entre las frazadas, Bella a mi lado en la misma frazada, si que esto de que ella intentase ser amable conmigo estaba funcionando a las mil maravillas para mi. A pesar de que no me estaba gustando que ella lo hiciera solamente para que el secreto de su amado se mantuviera oculto, de todas maneras todo valía con tal de pasar unos momentos con ella así.
- Vamos a caminar un poco, ya estoy casi muerto inmóvil de frío aquí – bromeó Eric mientras se levantaba a hacer esa caminata. Todos estuvieron de acuerdo. Nos separamos en grupo prometiendo volver en una hora a el lugar como máximo.
Bella fue conmigo, tomó mi brazo y comenzamos a caminar entre la maleza.
- No se si es buena idea venir por aquí – dijo un poco preocupada – mi torpeza no se lleva con las ramas, ni siquiera se lleva con el aire – rió sinceramente.
- No te preocupes, yo te cuidaré – caminamos durante un largo rato, charlamos sobre diferentes gusto, sobre todo menos el tema importante; me parecía bien que esta noche no tocáramos el tema, la conversación se estaba volviendo muy cálida y sincera, no quería arruinarlo.

- Hola pequeños – dijo una voz entre los árboles. Ambos pegamos un salto hacia atrás llenos de miedo, aunque mi parte heroica hizo que tomase a Bella y la pusiera detrás de mi, usando mi cuerpo como escudo – no se asusten, dios. No soy tan feo – aquella voz ya tenía cuerpo. Era un niño pequeño, rubio, de no más de 14 años. No me hubiese asustado, sino sabía que se trataba de un vampiro; su tez blanquecina por demás y sus ojos rojos me decían que no era bueno confiarse de su edad.
- ¿Quién eres? – pregunté un tanto receloso.
- Nadie importante. Solo viene por Bella, tú no tienes que estar involucrado. – ella estaba tensa por demás.
- Ni lo sueñes niño – le dije con una fuerza que no tenía sentido para mi.
[b- Si que eres valiente pequeño humano, pero no me provoques – sus ojos se llenaron de furia y corrió hacia mi tan rápido que no pude ni captarlo, en menos de un segundo lo tenía pegado a mi cara; di un salto hacia atrás llevándome a Bella conmigo.
- Corre Bella – grité mientras me imponía con aquel pequeño, que no tardó ni un solo segundo en desplazarme hacia los árboles, a pesar de que estaba intentando usar aquello que creía poder contra él, no estaba funcionando. Caí casi inconciente luego de pegarme con una roca en la nuca. Entre vi como aquel niño insulso y sarcástico, tomaba a Bella por la cintura, mientras ella gritaba desesperadamente, en aquel momento mis ojos se cerraron y caí del todo inconciente.

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