miércoles, 13 de enero de 2010

CAPITULO 46: KEVIN, MI IRA Y YO

Bella


No pretendía hacer enojar a Edward, tampoco pretendía llevarle la contra, solamente quería de corazón disfrutar a mi hija y al amor de mi vida más tiempo que el de un mortal.
No era justo para mi, no era justo para mi hija, ni siquiera lo era para él aunque no quisiera verlo.
Pero ahora el tema era Kevin, tenía y quería verlo, no podía dejar las cosas así como así; así que le pedí a Jake que me llevara, se negó un par de veces hablando sobre mi seguridad, que era un neófito, pero sabía que sino me llevaba iba a ir sola, si le contaba a Edward iba a ir de todas maneras y no se lo perdonaría jamás, así que terminó aceptando pero con la condición de que le dijese también a Seth y a Flam.
Ella y Jake se habían vuelto muy unidos, Flam se había tomado la imprimación con mucha naturalidad, y aunque su manada no estaba nada feliz y estaban en conflicto aún por eso, él no iba a dar marcha atrás.
Seth por su parte lo aceptaba sin condiciones, él siempre fue amigo de los vampiros, así que no tuvo ningún tipo de problema.
- Bella, no estoy seguro de esto aún de verdad, vas a dejar a tu niña aquí, vas a peligrar, Edward nos va a matar, nos va a odiar - dijo Seth, muy miedoso por mi seguridad y por el enojo de su amigo vampiro entrañable.
- No vengas Seth - le dije un tanto enojada y ansiosa.
- Sabes que no te dejaré Bella
- Ni yo
- agregó Jake quién estaba tomado de la mano con Flam.
- Entonces, o me apoyan o se van - mi actitud era muy fría, era de esa manera o podían convencerme, o quizás volver y decirle a Edward, lo que podía ser lo peor. Les prohibí pensar mientras rodeaban a Edward, por suerte lo tomaron al pie de la letra, sino Edward ya estuviese aquí.
- Esta bien, no te enojes. Vamos - chilló Jake furioso. Seth y Jake se convirtieron en Lobeznos hermosos en ese instante; Seth era un tanto pequeño pero con un precioso pelaje corto. Mientras que Jake era enorme, con un pelaje larguisimo y con mucho brillo.
Jake me subió a su lomo, mientras omitía un ruido un tanto tierno pero mandón al mismo tiempo, de la forma que lo conocía estaba segura que había sido para que me agarrase bien.
Tomé su lomo y pelaje al mismo tiempo lo más fuerte que pude, pero sin lastimarlo.
Corrimos lo más rápido que pudimos, en poco menos de unas horas ya estabamos en lo de Tanya.
Flam tomó la postura para ir a pedir ver a Kevin, de seguro Jake o Seth no serían tan bienvenidos, aunque no hubo problema antes preferimos tomar precauciones.
Flam se acercó y tocó la puerta de aquella hermosa casa, tan grande como la de los Cullen, aunque menos ordenada y estéticamente hermosa.
Abrió Tanya, ella aún no me quería mucho, su pasión por Edward llevaba a que sus celos hacia mi hicieran un poco de estrago en su mente, eso no me favorecía en este momento aunque nunca me importó.
- Hola - dijo ella tan sensual y un poco confusa.
- Hola, mi nombre es Flam, soy amiga de los Cullen - la boca de Tanya dibujó una sonrisa y sus ojos se llenaron de emoción, de seguro había pensado en mi Edward. Quería ahorcarla, pero en este momento aquello no me debería importar. Así que pensé mejor y me tranquilicé, seguí allí parada junto con Jake y Seth mientras Flam lo preparaba todo.
- Hola, un gusto. No conocía de ti.
- Si, soy una vieja amiga. Vengo porque necesitamos un favor
- la calidez, aceptación y lo compinche de Flam me sorprendía por lo poco que nos conocíamos, pero a la vez no, era un sentimiento extraño, quizás eso hizo la imprimación de Jake, era una buena vampira.
- Claro. Dime por favor, ¿qué necesitan?
- No vine sola
- esa era la señal, salí detrás del árbol y me junté con Flam tranquilamente pero decidia. El rostro de Tanya no fue el mismo, en ese mismo momento su rostro se desdibujó. Tenía un tanto de miedo que eso fuera en contra de poder ver a Kevin, aunque quizás me dejaría verlo para que me matase y así quedarse con Edward.
- Isabella - mi nombre completo denotaba desagrado en su voz y en mi presencia.
- Tanya - respondí inmediatamente.
- ¿Qué necesitan? - preguntó un tanto más seca ahora.
- Quiero ver a Kevin - sus ojos no denotaron sorpresa.
- Sabía que ibas a venir, Edward me lo advirtió - ¿Edward? MALDITA SEA!!! - dijo que un día vendrías, me prohibió que lo dejase verte.
- ¿Pero que demonios es esto?, soy una persona lo suficientemente grande, independiende e inteligente como para tomar mis propias decisiones y hacer lo que se me plazca - mi voz tomó fuerza y comencé a gritar - quiero verlo, no me iré de aquí hasta que no lo vea. - ella me miró mientras su sonrisa irónica se desplazaba por su rostro.
- También me adviritó que eras cabeza dura, quédate aquí todo lo que quieras, no puedo ir contra Edward - maldita perra, ella solo quería ir bien con Edward. Estaba furiosa, Flam me tomó del brazo lo suficiente como para que no me moviese, pero no tanto como para lastimarme intentando tranquilizarme.
- Un gusto Flam - dijo, en ese mismo momento se dió media vuelta y se fue. Mi ira se conentró aún más, quería ir y romperle la cabeza, no solo a ella sino también a Edward.
- Tranquila Bella, no ganarás nada. Si quieres yo te ayudo para verlo, debemos tener cuidado, pero entraremos de alguna manera - mis ojos se abrieron de par en par. Era una de las mías.
- Calma Bella - dijo Jake quien vino un poco más aliviado, seguro era porque no me había dejado ver a Kevin. Seth detrás suyo asintió.
- Si, mejor me iré a casa. Pero primero descansemos, ya está anocheciendo y necesito un poco de descanzo, después de todo solo soy una humana - reí intentando romper el hielo. Miré a Flam quien sonrió por mi viveza.
- De acuerdo - menos de media hora después Seth y Jake se durmieron. Flam, que estaba al lado de Jake, se movió despacio, se acercó a mi y me subió a su espalda para comenzar nuestra aventura.

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