jueves, 23 de julio de 2009

By Edward CAPITULO XXVIII: KEVIN

Mis ojos se deleitaban con su piel desnuda, piel que se iluminaba por si misma. Amaba cuando dormía, sentir su calor en mi cuerpo, su quietud en mis manos y que fuese mi nombre el que sonara en las noches, gracias a algún que otro sueño.
A pesar de que esta vez durmió tranquilamente; era mágico todo lo que había pasado entre los dos, sentirme en ella, pensar en ella, respirar el mismo aire. Era todo demasiado para mi, una mezcla de sabores, olores dulces y mezquinos que me hacían tiritar irónicamente.
- ¿Edward? - dijo. Creí que dormía, pero cuando volteé sus ojos marrones sorprendemente hermosos me miraban directamente, un atizbo de felicidad se puso en mi boca y sonreí como nunca antes en mi existencia.
- Si mi amor, estoy aquí a tu lado. Como siempre. ¿Cómo te sientes?
- Demasiado bien a decir verdad
- volví a sonreír aún más al escuchar aquello. Sus mejillas se sonrojaron de una forma espectacular - te amo - mi sonrisa se desvaneció para convertirse en dulzura. No podía ser más perfecto el momento.
- Te amo Bella - su cuerpo se movió y se acercó a mi boca para besarme con ternura y pasión.
Sus manos se movieron hacia mi cintura y me llevó hacia ella dejando nada de espacio uno con el otro.
Paró un segundo para mirarme a los ojos y ver como estaba reaccionando yo; asentí amablemente, volvió a besarme y la pasión de la noche anterior llenó nuevamente el cuarto.

- Edward - llamó Bella antes que me fuera por la ventana a cambiarme así podríamos ir a la escuela - ¿cómo le explico a mi padre lo de la cama y la sábana? - preguntó un tanto chistosa sosteniendo una de las sábanas que había destrozado entre la noche anterior y hace menos de unos minutos. No me había percatado de que el daño fuese tanto. Si me hubiese podido sonrojar, le hubiera ganado a Bella.
- Yo lo arreglaré antes de que lo vea tu padre cariño, no te preocupes - salté por la ventana antes de que me diera un ataque a mi corazón no latiente por lo que había pasado, dispuesto a no solo cambiarme sino buscar sábanas nuevas y una cama.
Pero todo no podía ser color rosa.
- ¿Cómo...cómo? - escuché detrás de mi. Quedé un poco atolondrado, al no apreciarlo antes, quizás mi mórbido momento con Bella y la cama me hubiese dejado escapar esta. Observé hacia atrás y allí estaba Kevin, observándome con ojos más grandes que los de un plato.
- Kevin. ¿Qué haces aquí? - dije furioso pensando solamente en que había venido a ver a Bella, aunque era mucho peor lo que estaba viendo, que lo que pudiese llegar a querer con Bella. ¿Cómo explicarle lo que había visto?
- BELLA...BELLA!!! - comenzó a gritar como loco. En un minuto tenía a Bella parada entre nosotros dos.
- ¿Qué pasó? - dijo desesperada, sin saber que hacer.
- Él...se tiró..su rapidés...que... - no podía decir una sola palabra coherente. Claro que era lógico que no pudiese, acababa de ver a un "hombre" tirarse por una ventana y correr un poco demás rápido hacia el bosque.
- Tranquilo Kevin - intentó apaciguarlo Bella - habla calmado, ¿qué intentas decirme? - Kevin corrió hacia ella y se interpuso entre los dos.
- No te le acerques, ni lo pienses. No me importa lo que eres, yo no permitiré que le hagas daño - mis ojos se abrieron de par en par al igual que los de Bella.
- No le haré daño, ¿de qué hablas? - intenté ser lo más sincero y tranquilo posible. Tenía que superponer el secreto antes que los celos.
- Te vi. Vi lo que hiciste, soy escéptico, pero no idiota.
- No se de que hablas. No veo que mal hay en bajar por la ventana de mi novia. No entiendo que haces tu, en la casa de mi novia
- mis vueltas siempre daban resultado, aunque con él no estaban funcionando. "Maldito, te mataré si le haces daño", era todo lo que él pensaba. No me estaba creyendo ni una sola palabra, y su mente no me ayudaba.
- Kevin, tranquilo...todo está bien. No me hará daño - dijo Bella tomándolo de la cintura e intentando darlo vuelta hacia ella - es Edward, mi novio. Solo se fue de casa a lo Romeo, cosas de románticos - sonrió lo más tranquilamente posible como si todo estuviese bien.
- No Bella, no hagas eso - gritó confundido y furioso - yo se lo que vi. No me van a engañar. ¿Qué pasa aquí?[/b] - preguntó ahora separándose de Bella, dándose cuenta de que ella sabía todo.
- Nada Kevin, no entiendo lo que estás diciendo - me miró una vez más a mi y luego a Bella. Luego corrió rápidamente hacia su auto y se fué.
Bella y yo nos quedámos mirándonos, no sabía si seguirlo o no.
- ¿Qué haremos Edward? - preguntó entre llanto.
- Tranquila cariño hablaremos con Carlisle, el sabrá que hacer.

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