lunes, 3 de agosto de 2009

By Kevin CAPITULO XXIX: ENGAÑO

No podía creer lo que había visto; Edward había saltado desde la ventana de Bella sin ningún problema y su rapidez era sobrehumana.
"No me iban a engañar, yo se muy bien lo que vi, yo se muy bien lo que tengo que hacer", pensé para mi mismo. Claro que ni siquiera Bella iba a dejar que yo creyera lo que me habían querido explicar.
Tomé mi auto y me fui hacia mi casa, me bañé para tranquilizarme un poco, me cambié y salí en mi auto nuevamente. No tenía ni idea de a donde dirigirme, pero algo me hizo volver a la casa de Bella.
Aparqué el auto lo suficientemente lejos para que nadie lo viese, me bajé y caminé como un fugitivo hacia su casa. Nadie estaba; me senté un segundo en el escalón a pensar a donde podía ir, qué podía hacer para descubrir la verdad.
En ese momento escuché el sonido de una moto, corrí detrás de la casa para que no me viese fuera quien fuera.
Al ver era Jacob, caminó hacia la puerta y tocó, nadie atendió y cuando se proponía a irse, puse mi mejor cara de terror y corrí hacia él.
- Jacob, Jacob - grité como un desesperado. Mi voz sonaba como una campana gótica. Se dio media vuelta rápido entre asustado y confundido.
- Kevin -dijo reconociéndome al instante - ¿qué pasa?
- Bella... - al escuchar su nombre se puso aún más asustado, parecía que los ojos se le iban a salir.
- ¿Qué pasa con Bella? - preguntó ansioso y nervioso.
- No lo se. Edward... yo se lo que son.
- Pero Bella... ¿qué pasó con ella?
- Edward se puso como loco y se la llevó violentamente.
- Maldito chupasangre ya va a ver lo que es una fiera enojada
- "¿maldito chupasangre?", repetí. ¿De qué diablos estaba hablando?
- Si. Ese chupa sangre, lo mismo opino. Lo mataré si algo le hace a Bella - repetí con furia. Jacob me miró aún enojado y en confianza. Se había creído todo mi teatro.
- Kevin, debes guardar el secreto. No le debes decir a nadie que Edward es un vampiro, ¿de acuerdo?. A pesar de que lo odie, no puedo poner en peligro a todos, y eso llevaría a mi familia con ellos - "¿Qué rayos?", ¿vampiros dijo?. ¿Era una maldita broma?, ¿su familia? De acuerdo, esto era más de lo que yo pudiese imaginarme, intenté hacerme el idiota.
- No te preocupes, el secreto no saldrá de mí. Pero, no estoy seguro de saber que eres tú. Lo de Edward lo sé, ¿pero tú?
- Vamos por Bella
- dijo sin escucharme, o simulando no hacerlo - súbete en mi - lo miré extrañado. Era un chico sumamente enorme, demasiado para su edad o la edad de cualquier otra persona. Pero de ahí a subirme en él, podríamos ir en moto o en mi auto, seria más rápido.
Cuando me proponía a plantearle mis otras opciones, sucedió.
Jacob se movilizó locamente, le comenzaron a salir pelos de su cuerpo, la ropa se desgarró de una manera infernal; su boca se convirtió en un hocico; era un lobo, uno muy grande y furioso.
Caí sentado en el piso, y comencé a arrastrarme rápidamente hacia atrás.
Jacob me miró extrañado, mientras mis ojos se llenaban de lágrimas por la ansiedad, el miedo y la sorpresa de lo que estaba viendo. UN HOMBRE LOBO.
¿En qué estaba metida Bella?, ¿ella era algún animal mitológico? ¿En qué me había metido yo? Esto no podía ser real.
Jacob se acercó hacia mi lentamente, intentando no asustarme, impresionado y extrañado de mi reacción.
Me quedé inmóvil, mientras el se acercaba, no había peligro aunque podría desmayarme. Su hocico rozó mi mano en torno de tranquilidad, me paré de a poco y acaricié su cabeza en paz. Volvió a convertirse en humano.
- ¿Qué pasa Kevin? - preguntó confundido.
- No...no, sabía que tu eras...un...¿hombre lobo? - mis palabras se entrecruzaron, tartamudee y pregunté por si metía la pata. Aunque era claro.
- Disculpa Kevin, estaba furioso por lo de Bella. Aún lo estoy.
- Yo...te mentí
- dije, ya sabía toda la verdad y demasiado fácil, aunque esto me hubiese costado mi integridad mental y todo mi mundo, o el mundo que yo creía mío era mentira.
- ¿De qué hablas? - preguntó Jacob inocentemente y me sentí mal. Lo había engañado para saber la verdad, no quería pensar que algo le pudiese pasar por culpa de mi curiosidad, si así podía llamarse.
- No sabía nada sobre vampiros, hombres lobos, ni nada por el estilo. Hoy vi a Edward saltar de la ventana de Bella de una manera increíble y correr sobrehumanamente, solo quería saber la verdad. Y pensé que tu podrías sacarme la duda por ser el mejor amigo de Bella. Disculpa…yo…
- Dios, me matarán. Me matarán, claro que lo harán
– dijo para si – pero, ¿Bella, está bien? – preguntó ahora para mi.
- Si ella está bien.
- Maldito Kevin, maldito Kevin
– dijo corriendo hacia su moto, aún desnudo y se fue rápidamente. ¿Qué haría yo ahora?

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