lunes, 3 de agosto de 2009

By Kevin CAPITULO XXXI: INTENTANDO JUGAR CON LA VERDAD

Literalmente me había vuelto loco. No entendía explícitamente que hacia metido en una casa de vampiros, lo único que mi rondaba en mi cabeza era Bella. Ella estaba en peligro, debía decirle que era su novio, debía salvarla.
-¿De que hablaba Kevin? – exigió Bella mientras se sacaba las manos de los ojos y me miraba directamente a los ojos.
-Pues yo… lo engañé- admití- pero fue porque necesitaba saber- excusé.
- ¿Qué necesitabas saber tan urgente?- preguntó.
- Bueno pues… necesitaba saber como era que él- señalé a Edward- había echo lo que hizo.
- Ya te dijimos
- bufó- ¿es que mi novio no puede escabullirse por la ventana?
- Pero eso no fue normal, él tenia una velocidad sobrehumana
- acoté- además ya se lo que es.
- Bueno si tanto sabes decime que es lo que es.
- ¿Tu lo sabes
?- pregunté un tanto sorprendido.
- Si no me dices no sabré de que hablas- espetó.
- Bueno de que ellos no son humanos.
- ¿Qué no son humanos? ¿Te diste cuenta de lo que estas diciendo?
- gritó histérica.
- Si, si me doy cuenta de lo que digo pero es la verdad Bella, ellos son peligrosos, te harán daño- contesté a los gritos.
- ¿Daño? – preguntó ella confundida.
- Si Bella, ellos te pueden matar- bajé el volumen de la voz- se que suena rarísimo pero ellos no son lo que parecen.
- ¿Raro? Kevin piensa de una forma racional, primero y principal ellos son como vos y yo
- dijo señalándome a mi y luego a ella- y segundo, sabes perfectamente que Edward es un atleta, él corre más rápido que la mayoría por el único motivo de que entrena desde chico y que se halla escabullido por mi ventana tiene una simple explicación, si Charlie lo veía se acaba mi vida y la de él- mintió. Sabia que me estaba mintiendo, y ahora, me daba cuenta de que lo que estaba haciendo no tenia caso.
- Ya veo… Bueno perdón por las molestias- decidido me di la vuelta y salí de esa casa, dejando a Bella indefensa, entre siete vampiros y un hombre lobo. Busqué mi auto que había dejado a unos metros de la casa. Ya era de noche. Era la primera vez que el cielo estaba despejado, se veía a luz de la luna entre los árboles. Llegue al auto y subí. Me quede un rato observando las sombras que se movían dentro de la casa de Edward. ¿Bella sabría que era lo que tenia a su alrededor? ¿Era posible que todo esto fuera solo un sueño? ¿Qué mañana me levantaría y me reiría de todo lo que mi imaginación podía producir?
Me pegué dos cachetadas, pero nada, me dolió y me di cuenta que no estaba soñando. Esta era la realidad, uno de los peores aspectos de ella. Arranqué el auto y salí a toda velocidad de ese lugar. Mi cabeza estaba tan llena de información que no pude concretar ningún pensamiento. Todos ellos se detenían en Bella y en lo que le podría estar pasando ahora. La culpa de haberla dejado sola me comía por dentro. Llegué a mi casa donde mis padres dormían. Entré sigilosamente y apresurado a la vez. Estaba decidido, averiguaría lo más posible de su especie, tenia que saber todo, hasta su punto débil. Entré a la sala de estar de la casa y prendí el ordenador, era viejo pero servia. Mientras busqué un vaso de agua en la cocina. Cuando volví ya estaba prendida y cargada. Entre a Google y puse en el buscador “Vampiros”. Nada de lo que había me servia como información, nada era parecido a lo que yo estaba viviendo, pero si encontré algo que tenia que ver mucho conmigo:
“Algunos dicen que los vampiros son capaces de sentir lo que los demás, desde antes de serlo”
Imprimí aquello, cerré la computadora y me decidí a dormir, era muy tarde para que algún lugar estuviese abierto. A la mañana temprano, me levante de un golpe, me tome un vaso de leche y me fui en mi auto lo mas rápido que pude hacia port Ángeles, ahí de seguro había algún lugar de buenos libros, ya me lo había dicho Bella. El día de hoy el sol estaba en lo más alto del cielo, se sentía tan bien sentir el calor de los rayos del sol que en todo el camino pensé en eso, un par de veces terminaba pensando en Bella, pero intentaba no preocuparme mucho por esas cosas, no hasta saber exactamente que era lo que ocurría en mi vida. También llegue a pensar que mi cabeza estaba en medio de un trastorno de imaginación, pero era algo absurdo. Encontrar esa biblioteca de la que Bella me había hablado me costó más de lo que pensaba. Tuve que parar tres veces y preguntarle a personas, algunas estaban tan perdidas como yo y otras me dieron las mejores indicaciones posibles. Al fin y al cabo la encontré. Estaba un poco escondida.
Me bajé de mi auto, caminé hacia la biblioteca aún no tan seguro de “buscando que”, así que pretendí mirar y buscar.
- Hola, buenos días. ¿Lo puedo ayudar en algo? – dijo un señor de tez morena, muy amable.
- No… - dije un poco dudoso, no sabía que preguntarle, o si le iba a parecer una locura. Pero a esta altura ya estaba jugado – bueno si, estoy buscando algún libro que tenga que ver con vampiros
- Oh si, tenemos muchos. ¿Algo en particular?
- Emm…no lo se. ¿Qué tienes?
- Bueno, tenemos sobre vampiros en general, la historia de los vampiros, historias de vampiros en EEUU, en Forks…
- Ese
– dije interrumpiendo al señor mientras se hacia acuerdo de los libros que tenía - ¿qué tienes sobre eso? – me dedicó una sonrisa, y trajo un par de libros. Tomé los dos, pagué y me fui casi corriendo del lugar, estaba ansioso por saber que estaba pasando, por saber la verdad.
Me subí al coche, conducí hacia un lugar un poco más luminoso y con gente, a pesar de mi nueva valentía sobre el tema, tampoco quería tentar a mi suerte, aunque de seguro un montón de humanos no serían impedimento para los vampiros.
- Esta historia me esta dando verdaderos escalofríos, si son vampiros, si hay licántropos, pero Bella. ¿qué haré con Bella? Tengo que saber que puedo hacer yo, ¿qué sentí en aquella casa? – seguí buscando nueva información, pero esta vez con respecto a mi. Encontré algo sobre que algunos humanos ya tienen poderes antes de convertirse en vampiros, lo mismo que había encontrado en Internet; eso me hizo tener un escalofrío intenso por todo el cuerpo. “¿Yo, vampiro?”, me pregunté y quité aquella idea tonta de mi mente.
Volví a marchar en mi auto, tenía que ir al escuela; aquello si que iba a ser extraño, por suerte tenía un viaje un poco largo hasta Forks para poder pensar en como actuar.
- Kevin, ¿cómo estás? – preguntó Bella un poco indecisa y dudosa.
- ¿Bien, y tu preciosa? – dije sin ningún tipo de extrañes, aunque por si solo el momento era extraño.
- Bien. ¿Almuerzas conmigo? – su rostro era de dudas, no estaba segura de mi reacción ante el tema, yo tampoco lo estaría, pero tenía que hacerle creer que todo estaba bien.
- ¿Edward? – pregunté haciéndome el tonto.
- Oh, estará aquí como siempre, pero almorzaremos todos juntos.
- De acuerdo – almorzamos con todos nuestros amigos, sentí la mirada penetrante de Edward toda la cena, tenía la sensación de que algo sabía, algo estaba sospechando sobre mi nuevo plan.
En un momento cruzamos miradas, tenía una mirada asesina, desafiante, y yo no me quedé atrás. En ese momento, sentí nuevamente aquel poder, pero aún más fuerte y sabía que algo tenía que hacer con él, y Bella iba a ser parte de mi, la iba a proteger pasase lo que pasase.

3 comentarios:

  1. kiiero leer mazzz................!!!!!!!!!xD

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  2. NO VAS A TERMINAR EL FIC HACE UN MONTON DE TIEMPO QUE LO TIENES ABANDONADO ANIMOS ESTA MUY INTERESANTE

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